viernes, 8 de noviembre de 2013

Carrera y electroestimulación

   Llevaba mucho tiempo queriendo hacer esta entrada y ahora, una vez terminado el plan a seguir durante 3 meses, me pongo manos a la obra.
   Todo comenzó el pasado mes de julio.  Tras más de un año sopesando la idea de adquirir un electroestimulador, Rafa (Abuelo Runner) y su blog me dieron el empujón definitivo.  Me puse en contacto con Pedro García a través de www.electroestimlaciondeportiva.com y en menos de dos días ya tenía al repartidor tocando el timbre.


   En mi caso el Compex Energy fue la elección.  Y dado que el manual de instrucciones, a mi humilde parecer, no es suficiente para un uso correcto, el bueno de Pedro facilita un seguimiento gratuíto por un mes y el acceso a una zona restringida por el mismo período de tiempo, donde cualquier tipo de duda que nos surja es resuelta por completo. 
   Asimismo me proporcionó un programa de tres meses para fortalecer y potenciar las piernas de cara a mejorar en la carrera a pie y permitirme realizar con mayores garantías tanto sesiones de 3 - 4 horas (tiradas largas) como entrenos de calidad.
   Las primeras semanas se hacen duras ya que las piernas se tienen que acostumbrar a la electricidad, dejando las intensidades más altas para el final de cada sesión.
   El caso es que durante estos tres meses he trabajado los cuádriceps, los isquiotibiales, los gemelos y los glúteos.  A la par que avanzan las semanas también las intensidades van subiendo y se van apreciando los resultados.
   Dentro de los numerosos programas de los que dispone el Energy he venido utilizando el de resistencia, el de oxigenación, la fuerza y la recuperación activa, siguiendo milimetricamente el programa que me preparó Pedro.


      Resistencia aeróbica:  está concebido para mejorar la absorción del oxígeno por parte de los músculos estimulados.  Del mismo modo permite mantener una actividad física durante un largo período de tiempo.
      Fuerza resistencia:  para favorecer un incremento de la resistencia al esfuerzo y a la fatiga y está indicado para los deportes que solicitan esfuerzos intensos y prolongados, como es mi caso.
      Oxigenación o capilarización:  Como su nombre indica mejora la oxigenación de los músculos, produciendo un fuerte aumento de la capacidad de las fibras rápidas para soportar esfuerzos prolongados.  Es útil para la recuperación después de sesiones intensas de trabajo aeróbico ya que mejora la velocidad de recuperación.
      Recuperación:  Se aplica tras los entrenos más duros, después de esfuerzos prolongados e intensos.  Favorece la acción de drenaje y capilarización, mejorando la oxigenación del músculo y favoreciendo la eliminación de las sustancias de síntesis producidas durante el esfuerzo.  Tiene efecto relajante y activa la recuperación muscular.


   Después de varios meses de uso se notan los resultados.  Yo, mientras siga parado y recuperando mi clavícula seguiré dándole uso.
   Buenos entrenos y carreras a todos.
  

miércoles, 23 de octubre de 2013

Vuelta definitiva para quedarme

Muy buenas a todos:
   Muchos meses sin querer saber nada del blog por diversos motivos (fallos con el servidor, falta total de tiempo para escribir y poder leer los blogs que sigo...) han hecho que vuelva con más ganas a este mundo de redactar y colgar fotos.


   Tengo que reconocer que no ha sido un año tan malo como los últimos a los que me había acostumbrado.  Tras recuperarme de las lesiones en ambas tibias me replanteé esto de las competiciones.  Opté por entrenar sin ningún objetivo, si acaso tres o cuatro carreras al año, pero únicamente con el objetivo de terminarlas dignamente sin tener que arrastrar ninguna lesión una vez cruzada la línea de meta.  Mientras tanto seguiría haciendo mis tiradas largas por montaña cámara en mano.


   Tras una breve incursión en la competición tanto en Soria y Oñati, así como un 10000 en Vitoria - Gasteiz comencé a tener problemas en una rodilla.  Lejos de parar, ya que no me parecía justo volver a recaer, bajé la intensidad en los entrenos y de este modo conseguí controlar los dolores.  Pero todo llega a su fin y, por una vez, la suerte me sonrió y en tan sólo una sesión el fisio me enredó en el psoas y me soltó toda la pierna.  Pensaba yo que se trataba de nuevo de mi famosa condromalacia, pero no. Simplemente una sobrecarga en el tendón de la rótula.  Un par de días de agujetas y un poco de kinesiotaping ha sido suficiente (por lo menos a corto plazo).


   Es cierto que de vez en cuando a uno le entra el gusanillo de preparar alguna carrera.  Y en ese momento es en el que me encuentro a día de hoy.  ¿Y por qué a día de hoy?  Pues sencillamente por una simple razón.  Varios meses de constancia en los entrenos hicieron que este domingo me pusiera un dorsal en el pecho para correr la Jarindo - Albertia, bonita carrera de montaña de unos 14 km en tierras alavesas.  Pues bien, en este instante me encuentro sentado frente al ordenador escribiendo esta entrada utilizando para ello un solo dedo de mi mano izquierda.  Sólo 20 segundos de carrera y todo el trabajo de meses atrás tirados por la borda.  Alguien que corría pegado a mi espalda realizó un brusco cambio de dirección en diagonal, zancadilleando mi pierna y haciéndome caer de cabeza al suelo.  Una brecha en la ceja, el pómulo ensangrentado y lo que es peor, la clavícula derecha rota.


   En un principio los médicos de urgencias me dijeron que en unos 10 días el hueso soldaría, pero lo que me han dicho hoy ha echado por tierra mis mejores previsiones: entre 3 y 4 meses de reposo total con rehabilitación.  Vamos, que en el mejor de los casos no me pondré las zapatillas hasta el mes de enero o febrero de 2014.  No hay mal que por bien no venga, así la rodilla descansará más que suficiente.
De ahí que tenga ganas por volver a correr.  Tengo una espina clavada y en febrero volveré a los entrenos con más ganas y extramotivado.  Y ello no será impedimento para seguir escribiendo en el blog y leer los que sigo.  Es lo único que me queda.
Buenos entrenos y carreras a todos.

lunes, 25 de febrero de 2013

Ilusiones que ilusionan

   5 meses sin escribir.  22 sin competir.  Sinceramente desconozco cuál fue la última carrera en la que tomé parte.  Perdí la cuenta de tantas cosas...  Perdí la ilusión de competir...  Perdí el interés por mirar el cronómetro al final de cada competición...  Perdí las ganas de entrenar inmerso en tanta lesión...

   Pero llega el día en que, aburrido y sin tener absolutamente nada que hacer, decido ponerme las zapatillas, vestirme de crudo invierno, Cicatriz en el mp3, y armándome de valor con tan bajas temperaturas recorro unos durísimos e interminables 7 km en terreno totalmente llano.


   Una extraña e indescriptible sensación de alegría me invade y trata de someter a la fatiga que ha provocado tal colosal esfuerzo.  Me falta el aire y mis pulmones piden a gritos una salida al exterior.

   No puede ser.  Vuelvo a disfrutar corriendo y decido alargar este estado de gracia en días sucesivos.  Pues sí, sí puede ser.  Esta sensación de alegría  va en aumento, en proporción a los km que me va pidiendo el cuerpo.  En cuestión de semanas, y controlando las sesiones, llega el día en que sin darme cuenta mis zapatillas han soportado los impactos que tienen cabida en 20 km.  Y lo más importante, mis pulmones no sienten la necesidad de salir a oxigenarse.  Están muy cómodos en su lugar, pero me hacen llegar una petición: piden aire caliente, no éste que nos rodea estos días a 0ºC.  Como he dicho alguna vez, duele respirar.


    Siento que tengo que recuperar el tiempo perdido, pero con cabeza.  No tengo ninguna prisa ni nungún objetivo a corto plazo en la cabeza.  Simplemente disfruto corriendo y hago partícipe a mi cámara de fotos, fiel compañera de la que no me separo en mis tiradas.  Ella es testigo y artífice de mi disfrute y me ha dado un plus de motivación para seguir adelante. 
  
   Lugares emblemáticos, singulares por su belleza, ligados a la historia, a las leyendas, a la mitología... o simplemente por estar ahí, son retratados haciendo un breve alto en mi camino.  Todo aquel que ame a su tierra me entenderá perfectamente.


   Entrenos en rutas circulares por Montes de Vitoria (1ª fotografía) Anboto (2ª y 3ª fotografía), Sierra de Cantabria (4ª fotografía), Aratz - Aizkorri,  Aralar... e incluso por caminos sin mucha altitud pero no por ello faltos de gran belleza, como Goiuri (5ª fotografía), hacen que estas salidas sean mucho más llevaderas y entretenidas, llevándome un poco de ellas a mi casa en formato digital para poderlas compartir.

   Gracias a ellas, he recuperado la alegría por esto que se llama correr por la montaña, y me están permitiendo, además de conocer zonas que no tenía el placer de haber visitado antes, aumentar paulatinamente el volumen de km.  Supongo que esto me vendrá bien de cara a futuros objetivos que me empiece a plantear.


    Ya se sabe que la vena competitiva nunca desaparece, y aunque sólo sea una vez al año, ésta hace acto de presencia y sirve para mantenernos despiertos y motivados día a día.  Si llega este momento, ya se verá si, tras lograr el verdadero premio que no es otro que cruzar la meta, giro el cuello y echo una miradita al cronómetro.