lunes, 10 de septiembre de 2012

Repito curso

Pues eso. Repito por no aplicarme.



Exactamente 4 meses sin escribir en el blog. 4 meses sin tener nada que escribir. 4 meses parado.


Tras realizarme un nuevo estudio podológico y unas nuevas plantillas, parecía que todo iba a ir sobre ruedas. Pues nada más lejos de la realidad. Al tercer día, fortísimos dolores de nuevo en la tibia me llevan de nuevo a utilizar mis antiguas plantillas (a las que nunca debí engañar) y a comprarme unas nuevas zapatillas.

Esto coincidió con mis vacaciones en Cantabria. Los únicos 4 días que he corrido este verano han sido aquí. Subidas a Monte Buciero y Peña Candina, con unas vistas espectaculares, y más para mí, que soy de interior y no veo muy a menudo el mar.


Decir que la Peña Candina, con sus casi 500 metros de altura acoge la mayor colonia de buitre común de la cornisa cantábrica y la única marina de toda Europa. La foto superior está tomada desde los Ojos del Diablo, dos agujeros naturales que perforan la roca y que observan con detalle los movimientos de los que deciden hacer cima.


En la cima algunos buitres planean a escasos metros de mi cabeza y otros descansan en rocas que caen en vertical hasta el nivel del mar.


El último día que entrené en esta montaña me trajo otro regalo. A la ya mencionada periostitis en la tibia derecha se unió un fuerte dolor en la rodilla izquierda. Fue en la bajada, y tuve la "idea" de plasmarlo en una foto para poder recordarlo en un futuro, cuando mis molestias hayan desaparecido en su totalidad, y me haga recordar la importancia que tienen los estiramientos y el fortalecimiento muscular.

Por decirlo de alguna manera, por suerte este dolor en la rodilla era ya conocido, ya que dos años atrás padecí exactamaente lo mismo: condromalacia rotuliana. Así que de nuevo otro parón.


En su día acudí hasta Bilbao, y con los buenos resultados obtenidos entonces, esta vez no iba ser menos. De ahí que ahora dé la importancia que se merece a los estiramentos y al fortalecimiento. Tras la "bronca" de Pedro, mi fisio, manos a la obra. Otra vez los dolores en la rodilla se deben a un desplazamiento en la cadera. Gracias a sus manos y a los deberes que me mandó hacer en casa, la cosa va bien encauzada.


Y ya puestos, en la última sesión, le comenté el estado de mi periostitis. En buen momento. Se cebó con mi tibia hasta el punto que he estado cojeando durante 4 días, y los moratones que me dejó aún perduran. Pero lo más importante, no hay dolor.


Y con todo esto, decir sólo que esta semana he comenzado otra vez a entrenar. Más motivado y con más cosas en mente que nunca. Habrá que ir suave, seguir haciendo los deberes y evitar sorpresas. No quiero que la siguiente entrada en el blog sea dentro de otros 4 meses.


Buenos entrenos y mejores carreras a todos.

jueves, 10 de mayo de 2012

Ya es verano????

Todo vuelve a la normalidad. Abril vuelve a dejarme 28 días de lluvia. Lejos de ser algo insólito, la verdad es que es lo más normal en este mes y en esta zona. Lo menos normal han sido los abriles de los últimos años. Me viene a la memoria un cercano 28 de abril (San Prudencio, patrón de Araba) con sol y 32ºC...

Han sido muchos días pasados por agua, que no me han impedido (casi) ensuciar las zapatillas de barro, aunque en ocasiones el panorama era realmente desolador. Correr subiendo una montaña en contra de un río de cuatro metros de ancho que se abalanza sobre mis tibias no es muy agradable. Al principio puede hacer gracia, pero si la subida tiene 4 km deja de hacerla.


La bici, por descontado, la he dejado en el garaje. Han sido unas semanas en las que el cuerpo sólo me pedía correr. El utilizar estas zapatillas del año 2008 ha podido contribuir bastante. Unas zapatillas cuyo nombre desconocía y que he tenido que lavar bajo la fuente del pueblo y cepillar a conciencia para ver el nombre del modelo que el barro escondía.

Tienen ya poco taco. Quizá por ello hago la mayor parte de las bajadas tirando a horizontal.

El desnivel se sigue acumulando y las horas se hacen más amenas, sobre todo enredando entre sendas que siempre había dejado de lado y que esconden espectaculares rincones.


Y llegó el día de la 2ª Kedada con el Kirolak C.M. Gazteiz Trail Running Team hace unos días. La lluvia nos dio una tregua e hizo un sol de justicia como hacía meses que no veíamos por estos lares. Casi dos horas de entreno subiendo Ezkibel, Zaldiaran y Errogana desde Armentia. Sin duda una magnífica mañana en una más que buena compañía.



Esta zona se encuentra en un extremo de los Montes de Vitoria, siendo su lado opuesto el lugar en el que habitualmente entreno. La conozco menos, pero no por ello deja de tener la misma belleza. Por suerte para todos, alguien ha pensado, y en breve el Gobierno Vasco iniciará todo el papeleo necesario para proteger este sistema montañoso como parque natural.


Yo insisto una vez más diciendo que, en mi humilde opinión, es la zona más bonita, desconocida y salvaje de toda la provincia. Es ahora cuando todos los arroyos llevan más caudal del que acostumbramos a ver, y sus contínuas cascadas convierten el correr por estos bosques en una auténtica delicia.


Por último, decir que ayer por fin salió el sol, pero en exceso. 2 horas de entreno por los hayedos de Okina con 26ºC me pasaron factura en forma de deshidratación.


Pero nada que una buena cena no pueda curar. Eso sí, reventado.


Y hoy, visita a un centro de biomecánica de Bilbao, del que he salido con unas plantillas nuevas. Tras realizar un estudio en carrera, me han dado una explicación clara (y espero que definitiva) del porqué de mi periostitis. Poca estabilidad en el talón, que hace que la zancada de la pierna contraria se acorte buscando equilibrio y algún que otro detalle más. De aquí a 7 días debería notar alguna mejoría. La verdad es que con ellas en las zapatillas soy capaz de flexionar la rodilla sin caerme hacia un lado, cosa que hasta hoy era incapaz de hacer. Veremos...


Un abrazo y muy buenos entrenos a todos.

lunes, 16 de abril de 2012

Tras las anginas hay vida

10 días con anginas me han dejado fuera de juego. 10 interminables días en los que por subir un triste escalón ya aparecía el amigo flato. Respiración forzada. Hecho un trapo. Agotado.




La piscina fue mi vía de escape. Sufrí, sí. Pero era la única actividad que mi cuerpo podía asimilar. Durante las horas posteriores la sensación de bienestar era increíble. Pero sólo las horas posteriores, porque a la mañana siguiente me levantaba de nuevo doblado.


Horas y horas en la piscina. Encantado y enganchado.

Piscina del gimnasio K2.


Así que tocaba ponerse las zapatillas otra vez. Poco a poco, y no sin sufrir, he ido aumentando el kilometraje y el desnivel. El primer día no pude pasar de la hora, pero con el paso de los días la cosa ha ido mejorando. Hasta aquí todo perfecto si no fuera por unas leves molestias en la tibia derecha (y van ya 300).


Vuelta a mis remedios caseros y a trotar con zapatillas "descatalogadas", de esas que guardo en el garaje y que están pidiendo a gritos una merecida jubilación.


Esta semana, mientras sigo con los entrenos, estoy intentando contactar con la podóloga de Biarritz. Sé que está dando citas a dos semanas vista, por lo que la cosa no pinta mal.


No quiero deshacerme de las últimas zapatillas que he ido comprando y que me están dando más de un quebradero de cabeza, no vaya a ser que los problemas vengan de las plantillas.


Ahora, con el calendario del trabajo delante tengo que ir seleccionando alguna carrera, porque las ganas me pueden, aunque el único objetivo sea terminarlas sin ningún tipo de molestia.


Y para motivarme aún más, a partir de mañana los entrenos de montaña los haré con un Garmin Forerunner 610 hrm. Todo sea por una buena causa.


De momento mañana tocará pisar bastante nieve gracias a esta primavera que aún no ha dejado asomar al sol por estos lares. Y de la temperatura ni hablamos.

Paredes de La Leze en la subida a Olano (1082 m).


Felices entrenos a todos.

lunes, 26 de marzo de 2012

Más y más...

Semana ésta de continuación.

Ya que la piscina me está enganchando de manera preocupante, esta semana he optado por dar descanso a la bici.

Y qué decir del día en que pasé de la, hasta hoy impensable, barrera de los 1000 metros a base de largos. Lo dicho, del blanco al negro.

En total, y a lo largo de toda la semana, he completado 4000 metros. Cifra que iré aumentando paulatinamente si no encuentro otro quehacer diario.

A esto hay que añadirle sólo un par de salidas corriendo por montaña. Tengo muchas ganas de ir acumulando más carga y desnivel, pero después de todo lo acontecido meses atrás, no tengo ninguna prisa. Semana a semana iré aumentando tiempo y kilometraje.

Un primer entreno por los Montes de Vitoria el miércoles, daba paso ayer domingo a la Kedada con la gente del Kirolak-C.M.Gazteiz Trail Running Team.

Un día para enmarcar. Sol, muy buen ambiente y una mañana entretenida.
A eso de las 10:00 horas, y desde la basílica de Armentia (Araba) comenzábamos a quemar zapatilla. Sorpresas varias, como conocer a un bloggero al que sigo desde hace tiempo y con quien nunca había podido coincidir, Patxi (Malamute Runner), a quien acompañaba Athos, un precioso Golden Retriever.

Por otro lado, el gran Gontzal Sanz también se dejó caer por el lugar. Y si queríamos más, a punto de coronar Errogana, se nos junta el mismísimo Ionut Zinca, ganador de la Mountain Running International Cup de 2011 (MRIC), quien una semana antes plantó cara a Marco De Gasperi en la carrera del Alto Sil. En la foto se le puede ver dándome una lección de calzado. Hay que verle subir, y ya no digo bajar. Impresionante.

Tras algo más de 13 km y 710 metros de desnivel acumulado, y tras haber coronado también Eskibel, termina el entreno en el mismo lugar de salida. No podíamos haber elegido un día mejor.


Las fotos pertenecen a Kirolak-C.M. Gazteiz Trail Running Team. Desde aquí les animo a continuar estas kedadas.


Buenos entrenos a todos!!

jueves, 15 de marzo de 2012

Luz... túnel...

Sé que no tengo perdón. Veo que la fecha de la última entrada se aleja más allá del mes.


No hay excusas. Ni los exámenes ni el volver al trabajo cinco meses después. Me voy a proponer hacer una entrada semanal (espero no dejarme llevar por la emoción del momento).


Muchas cosas en el tintero. Demasiadas para ser contadas.


He pasado de estar (una vez más) desesperado con la dichosa periostitis, y estar llamando a una conocida podóloga de Biarritz para conseguir una cita, a estar en una nube. Me explico.


Tras varias llamadas a esta podóloga, y sin obtener respuesta alguna, me planteé dejar de correr. Dicho y hecho.

Empiezo de nuevo a correr en la piscina. Lentamente voy introduciendo algunos largos nadando, encontrándome con que he pasado de nadar 50 metros (con una parada incluída y flato), a completar 700 - 800 metros con menos esfuerzo del esperado. Algunos dirán que no es para tanto, pero para mí es un logro que va a ir a más en los cuatro días semanales que le estoy dedicando al agua.
Por otro lado, y coincidiendo que el sol salía de su letargo, empiezo a rodar en bici de carretera. Me siento tan cómodo que repito varios días a la semana.


Hasta que llega el día que veo mis zapatillas de trail en el garaje. Ahí arrinconadas, con su capita de barro seco. Sin pensar en la tibia, para cuando me doy cuenta ya me he atado los cordones y me están llevando monte arriba.


1 km sin molestias, 2 km sin molestias, 4 km sin molestias, 6 km, 12 km, 2 días, 5 días... pero si no tengo ningún tipo de dolor!!! Al menos hasta hoy, y sigo tocando madera. Lo dicho. Estoy en una nube.


Ahora miro la agenda del Polar ProTrainer, y me llama la atención, entre otras cosas, que llevo 14 días seguidos entrenando. Tengo que tirar de hemeroteca y retroceder unos 10 años para ver algo igual. Incluso veo días en los que estoy doblando. Eso sí, 0 km corriendo por asfalto. No me la juego de nuevo.


En la piscina coincido con varios triatletas. Salgo en bici y me los vuelvo a encontrar. Corriendo por el monte no los veo porque por estos bosques hace años que sólo me cruzo con animales de cuatro patas. Pero voy a estirar y a ducharme al gimnasio y allí están ellos, recién llegados de correr. ¿Será posible? Estoy entrenando como un triatleta (a mi manera) sin serlo, o al menos eso creía yo. Por mi cabeza ya empiezan a rondar ciertas cosas.


La verdad es que salgo bastante motivado a entrenar. Esta semana, en un nuevo desvío dentro de los innumerables cruces que hay por los hayedos de los Montes de Vitoria, me encuentro un sendero estrecho. Un sendero de los que se disfrutan corriendo mientras retumban mis zancadas y se pierden los pies en el manto de hojas secas que durante todo el año lo cubren. Paralelo, un arroyo con contínuos saltos de agua me obliga a apagar la música del mp3 para disfrutar de su particular música. No hay palabras para describir esto. Un trago de su agua y a completar el entreno. Hoy no hemos podido pasar de los 1000 metros de desnivel acumulado, pero la belleza de estos hayedos, salpicados por acebos y abedules hace que lo supere.


Otro descubrimiento, un escenario perfecto para unas tomas fotográficas en días venideros, con las que acompañaré las siguientes entradas.


Lo de publicar semanalmente me lo voy a proponer muy en serio y espero cumplir.


Muchas gracias a todos los que me habéis apoyado con vuestros mensajes. No hay duda de que sirven, y mucho.

lunes, 13 de febrero de 2012

Nuevo intento

Resulta que ya no sé el tiempo que llevaba sin escribir. Demasiado en todo caso, y muchas cosas por el camino.


En primer lugar, cambié mis intactas Asics Nimbus por unas Saucony Triumph y el resultado no pudo ser mejor. Rodajes de media hora por asfalto sin ninguna molestia en la tibia. Pero me emocioné y decidí alargar hasta los 90'. No aguanté más de cuatro días. De nuevo la visita de la periostitis. Y ya van ... Es cierto que últimamente los efectos de la punción seca duran menos, así que decidí parar tres semanas.


Por otro lado, esta semana, y tras cinco meses, termino el dichoso curso. Cinco meses en los que los exámenes me han quitado tiempo y salud. Aunque a decir verdad, el que me ha quitado salud, sobre todo en la tibia, ha sido el tartán de la pista de atletismo. Qué horror.


Visto el panorama, y dado que el tiempo tampoco acompañaba, sólo quedaba la piscina y el rodillo en el garaje. Dicho y hecho. Contínuas sesiones de bici, más que de piscina (para qué nos vamos a engañar) y alguna hora que otra sentado estudiando (esto se lleva peor).


Mientras, el invierno llama a la puerta y empiezan a caer las primeras nevadas serias. Yo en el rodillo, cuando no estudiando, y viendo por la ventana cómo todos montes adquieren un manto blanco que los hace más grandes si cabe.


Una extraña sensación me invade. Siento que necesito ir a esas montañas, soltarme, dar rienda suelta a mis ganas de sufrir. Pero los exámenes están ahí, y lo que es peor, unos dolores en la tibia que no desaparecen ni con más de veinte días sin impactos.


La libertad que da el correr por la montaña me vence. Me calzo las zapatillas, me visto de crudo invierno y me lanzo a luchar contra esa temperatura que se ha quedado olvidada en los -5ºC.


Me dirijo a mi zona. Esa en la que he pasado tantas horas haciendo cientos de kilómetros. Durante varios minutos me acompañan las huellas bien marcadas de un zorro. La acumulación de desnivel y la inactividad corriendo se hace notar. Es cierto que la bici ayuda a mantener cierto nivel, pero no lo suficiente como para subir sin sufrimiento. Sufro, sí. Sufro mucho y me falta oxígeno. El aire entra por la nariz demasiado frío. Duele respirar y por momentos se me saltan las lágrimas. Pero aún así esto es lo mejor de las últimas semanas. Al fin y al cabo, dicen que los corredores somos unos seres raros hechos de una pasta especial.


Final del entreno. Sofocado pero feliz. Hoy me vuelvo a sentir corredor de montaña.


Veremos qué pasa de ahora en adelante. Mi idea es ir a Biarritz para que me hagan un nuevo estudio podológico y me fabriquen unas nuevas plantillas.


Mientras, empezaré de nevo a hacer las tiradas largas de fin de semana que por todos estos motivos había dejado de lado. Con molestias o sin ellas, a seguir disfrutando y sintiéndome más corredor.


Un abrazo a todos.