jueves, 17 de noviembre de 2011

A entrenar sin luz

Con el nuevo cambio horario vuelven los entrenos nocturnos. Parece que era ayer mismo cuando uno podía correr tranquilamente hasta las 22:00 horas con la luz diurna.


Ahora toca desempolvar el frontal y tocar madera para no tropezar o no meter el pie en alguna zanja (no sería la primera vez).


Y como hasta las 17:00 horas no llego a casa, para cuando salgo a correr es prácticamente de noche. Y no digamos cuando llego.

Así que cuando llega el fin de semana hay que aprovechar e intentar madrugar un poco. Me estoy acostumbrando a hacer tiradas largas los sábados. Pero largas de tiempo, más que de distancia, ya que si el desnivel es considerable no podemos decir lo mismo del número de km. Para el tipo de carreras que me gusta hacer esto es lo que suelo sumar: desnivel y más desnivel, aunque sin dejar de lado los entrenos de velocidad en terreno llano.


Y para olvidar los entrenos nocturnos de la semana, nada mejor que aprovechar las horas de luz del sábado pasado. Eso sí, con mucho viento que, a decir verdad, apenas molestó al discurrir la mayor parte del recorrido por hayedos.


Metí un bote de pintura en spray en mi camel back y hasta Pipaón (a los pies de la Sierra de Cantabria) me fui. El objetivo era claro: pintar la placa que se observa en la segunda foto, y que corresponde a la cima de Recilla (1381 m). La colocamos mi cuadrilla de amigos y yo hace casi 9 años, tras recibir el mayor golpe que me han dado en la vida. Es simplemente una silueta de dos alpinistas ascendiendo encordados. La forjó mi aita en hierro y no tiene ningún tipo de inscripción.


Aprovechando que el día no estaba tan mal, a pesar de las nubes que se acercaban a gran velocidad, decidí visitar otra cima cercana: Cervera (1384 m).


La verdad es que las vistas sobre la Rioja Alavesa son impresionantes. Incluso se divisa la cima de San Lorenzo (Sierra de la Demanda) con sus 2271 m, sobre la estación de esquí de Valdezcaray.


Ya en un contínuo y vertiginoso descenso vuelvo hacia Pipaón, pero antes de llegar al pueblo decido hacer una tercera cima: Semendia (1042 m). Una última cumbre que me deja las piernas llenas de heridas y arañazos dado el gran número de bojes que cierran el camino. Tras enredar un buen rato buscando el pequeño buzón que nos ubica en su cima, saco la cámara y... sorpresa: no tengo batería.


En total, 1h 30' para 3 cimas y 1600 m de desnivel acumulado.

Felices entrenos a todos, y mejores carreras, que ahora empiezan a aflorar.

martes, 1 de noviembre de 2011

Un sendero idílico

Ese es el adjetivo más acertado para este sendero que atraviesa la que para mí es la zona más bonita y salvaje de Álava, que no es otra que los Montes de Vitoria.

Un sendero que por momentos se estrecha (hasta el punto en que dos personas no podrían correr en paralelo) y se funde con la inmensidad del bosque.

Un bosque formado por enormes robles, hayas y avellanos que hace que no seamos nada en su interior.
Y atravesándolo como una alfombra de hojas secas, mi sendero. Con innumerables giros y pendientes, sin dejar que el sol haga una breve visita.

Y durante varios km nos acompaña un riachuelo con un sinfín de saltos de agua, obligándonos a parar y escuchar los sonidos del bosque. Pero en breve hay que seguir trotando, ya que hay más rincones en los que apreciar lo que la naturaleza ha esculpido durante años.

Para acabar bien el entreno y considerarlo completo, el sendero nos deja en la cima del monte Pagogan (1029 m).


Podríamos continuar por cualquier camino que sale a nuestro paso, pero hoy no será el caso. Es hora de volver a casa.

Hoy he estrenado zapatillas y no sé por qué me da que aquí van a hacer el 80 % de su km.

Esta semana he sumado 3200 m de desnivel acumulado en 5 horas. Vamos por el buen camino para comenzar la Integral de la Llanada Alavesa. Supongo que antes de fin de año empezaré con el proyecto.


Buenos entrenos a todos!!