La verdad es que ha sido el peor de los últimos 7 años. Contínuos parones por la periostitis han hecho que apenas haya podido sumar los kilómetros que hubiera querido.
Pero aún así, no me puedo quejar. Varias consultas con Iván Armentia han hecho que pudiera acumular varias semanas con muy pocas molestias.
De hecho, el lunes tuve la última consulta. Allí me esperaban de nuevo las agujas.
Otra sudada y a sufrir en silencio (no tan en silencio, sinceramente).
Reposo al día siguiente, y de nuevo a calzarse las zapatillas para hacer una tirada de 1h 45'. Esta vez por las cercanías del monte Kapildui (1177 m), y tomando un sendero por el que nunca antes había corrido.
La sorpresa, bastante agradable, un largo y estrecho sendero en mitad de un gran hayedo, con un manto de hojas secas que hacen las delicias de cualquier oído.
Con la emoción y con esa sensación de dolor ausente, no miro ni la hora. Y claro, empieza a anochecer. Hay que volver más que rápido, y hoy no llevo el frontal.
Las bajadas, debido a la cantidad de barro que se ha acumulado, las hago esquiando. Y aunque parezca lo menos indicado, puedo asegurar que es lo más seguro.
Cuando el terreno lo permite, y las hojas y piedras esconden el barrizal, es el momento de alargar la zancada y saltar de piedra en piedra, con el consecuente susto de turno.
En un par de ocasiones hay que parar y retirar los 4 kg de barro que se acumulan en cada zapatilla y hacen que sea una locura levantar los pies del suelo.
Termina el entreno de hoy, con un desnivel acumulado de 1250 metros, y con la feliz sensación de que vuelvo a correr de nuevo.
Para mañana, Año Nuevo, dejo el entreno más serio: madrugar para trotar por la sierra de Aizkorri y hacer una tirada de unas 3 horas. Para empezar bien el 2012.
Feliz año 2012 a todos, y que éste nos traiga una temporada llena de éxitos y logros.