martes, 20 de enero de 2009

REGRESO A LAS CUMBRES


Tras la San Silvestre de Gasteiz el 31 de diciembre, esta semana he vuelto a rodar. Han sido casi 3 semanas de parón. Necesarias porque acabé el año algo cansado y las piernas empezaban a pesar. 2008 ha sido un año cargado de carreras por asfalto (algo que no hacía desde hace años). Pero ahora comienzan de nuevo los entrenos por monte y los rodajes en bici de montaña.
Además, aún tiene que nevar, y los entrenos se harán más llevaderos.
A corto plazo, el 24 de mayo de 2009, se disputará la VIII Zegama - Aizkorri, que ayer abrió su plazo de inscripción, hasta el día 30 de enero. El 21 de febrero se colgará la lista de corredores "agraciados" con un dorsal. Más información en www.zegama-aizkorri.com.

martes, 6 de enero de 2009

I ULTRA TRAIL DEL ANETO





El día 19 de julio iniciaba su andadura el Ultra Trail del Aneto, una carrera de 64 km sin avituallamientos, con salida y llegada en Benasque, a 1135 m de altitud.

Dado que este año no se celebraba la Galarleiz de Otxaran, mi amigo Jorge y yo decidimos correr esta primera edición del Ultra Trail.

A las 11:00 horas se daba la salida. Previamente nos habían pesado la mochila y comprobado que llevábamos la comida, bebida, ropa... necesaria para no tener ningún imprevisto en la carrera.

Los primeros kilómetros discurren paralelos al río Ésera, por el GR 11. No hay mucha pendiente, así que aceleramos el ritmo. Llegamos enseguida al primer punto de control, Plan de Senarta, en el km 6,5. El sol empieza a apretar, así que levantamos el pedal y nos hidratamos.

Rápidamente llegamos al Puente Coronas, segundo punto de control, en el km 13,5, a 1970 m de altitud. Ya empezamos a ver por dónde hay que subir al collado de Ballibierna (bufff....).

El camino está salpicado por numerosas cascadas, y aunque el calor no llega a ser del todo sofocante, la temperatura del agua posiblemente no supere los 6ºC.

Empezamos a subir hacia el collado de Ballibierna. Al ser el primer repecho fuerte, con 1.130 m de desnivel, lo encaramos con ganas. Llegamos a los ibones de Ballibierna y hacemos la foto de rigor. En este punto aparece la nieve. Comemos, bebemos y al llegar al collado, forzamos una sonrisa para el fotógrafo. Estamos en el tercer punto de control, en el km 19,5, a 2.728 m de altitud. El primer gran desnivel ya está salvado.

Nos lanzamos a tumba abierta por la nieve. Perdemos altura rápidamente, y tras la tercera caída, tengo el culo morado y pelado del hielo que me he llevado. El siguiente punto de control, el cuarto, está en Llauset, en el km 23,5, a 2.200 m de altitud.

El paso por el estany de Llauset nos pone en fila india, ya que el sendero apenas tiene 50 cm de ancho. Aquí es inevitable levantar la vista y contemplar el paisaje. Llegamos así al mencionado cuarto punto de control.

El recorrido nos lleva ahora al collado de Angllos, un breve repecho que nos coloca a 2.438 m de altitud. De nuevo descendemos, y sin salirnos del GR 11, pasamos por el estany de l'Aubaga y por los estanys d'Angllos, junto al refugio que lleva el mismo nombre.
En breve llegamos al Puente de Salenques, quinto punto de control, en el km 29 de carrera, a 1.600 m de altitud. En este punto la cosa se pone seria. Nos espera el segundo gran desnivel de la carrera: 1.200 m de desnivel positivo que nos dejará en el collado de Salenques, sexto punto de control, en el km 37, a 2.807 m de altitud.








Aquí empezará mi calvario. Comienzan los calambres en los cuádriceps. Llevamos 6 horas de carrera. Noto que estoy deshidratado y los geles y las barritas empiezan a darme harcadas.

Tras casi tres horas de sufrimiento, parando contínuamente por los dolores en las piernas, logro salvar estos 1.200 m de desnivel y llego al collado de Salenques, donde me espera Jorge, que va más fino que yo.

Ha sido un tramo durísimo, con grandes bloques de piedra que apenas nos han dejado correr.

Cuando parece que se acaban los males, tenemos otro problema. Está anocheciendo y el terreno por el que tenemos que descender no es el más adecuado para hacer sin luz. Ya han transcurrido casi diez horas desde que se dio el pistoletazo de salida en Benasque.

Lo que viene ahora son 900 metros de desnivel, muy verticales, que nos llevarán en bajada constante hasta La Besurta, séptimo punto de control, en el km 45 de carrera, a 1.900 m de altitud.

Los primeros metros los hacemos bajando por una cuerda fija. Hay mucha nieve y hielo, y la pendiente es muy inclinada, por lo que es mejor no pensar en las consecuencias de una caída.

Mis piernas se recuperan rápidamente y continuamos corriendo con la única luz de nuestros frontales. Ahora el que tiene problemas es Jorge. Su estómago ha dicho que ya es suficiente.

Al llegar a La Besurta, al parar en el punto de control, nos metemos un caldo caliente que nos devuelve la vida. Nunca antes un trago de caldo nos había sentado tan bien, ni siquiera uno de los que podemos tomar en Araba cualquier día de invierno.

Llevamos 12 horas de carrera, y muy a nuestro pesar decidimos abandonar. Jorge por su estómago, y el que escribe, por temor a que aparecieran nuevos calambres. La espina que nos queda clavada, es saber que hasta la línea de meta, el camino pica para abajo, con algún leve repecho. Pero una retirada a tiempo...

Un vehículo de la organización nos baja a Benasque.Al cabo de dos horas, cuando estamos ya en la cama, una tormenta descarga con fuerza sobre los corredores que aún quedan en carrera.



En total, el altímetro registra 3.178 metros de desnivel ascendente y 2.447 metros de desnivel descendente (el equivalente a subir y bajar corriendo el Aneto dos veces). Y a cualquiera que le diga que seguramente volvamos...